Elliott Erwitt
Elliott Erwitt ha recorrido el mundo entero fotografiando algunos de los acontecimientos históricos más importantes del siglo pasado, como el encuentro entre Nixon y Kruschev en 1959, o los funerales de Kennedy en 1963. Con su cámara, Elliott Erwitt también inmortalizó a personajes de la talla de Marilyn Monroe y el Ché Guevara. Con todo, se le considera uno de los street photographers más influyentes.
El de Magnum Photos -agencia que ha presidido en más de una ocasión- es el fotógrafo de las situaciones cómicas por excelencia. Su intencionalidad cargada de sentido del humor aporta a la fotografía callejera la ironía y el punto de surrealismo que muchos fotógrafos posteriores han perseguido.
Gracias a él muchas generaciones de fotógrafos han aprendido a reconocer el potencial que casi cualquier escena cotidiana posee. Con un minimalismo de elementos casi rácano y una búsqueda constante e intencional del mejor punto de vista, este estadounidense nacido en Francia parece reírse de la vida en cada instantánea.
Su cuerpo de trabajo incluye, además, dos de los leitmotiv más prolíficos en la street photography: los perros y los museos. Precisamente las series caninas de Erwitt forman parte de su obra más conocida porque reflejan el lado humano de estos animales.